Se que cuando llegué la muerte, sentiré una despersonalización como cuando una relación amorosa se termina y, confuso, te ves desde fuera, como si la situación no fuera contigo, como si no estuviera sucediendo. No me arrepiento de nada: Tomé decisiones y vivo en los resultados de las mismas. Por eso cuando amo lo hago con todo mi ser, porque cada día es uno menos hacia el último. Y sin embargo, la gente sigue esperando al futuro, aplazando decisiones, dejando te quieros y abrazos para otro día. Yo nunca he sabido vivir así. Quizá dije demasiados te quiero, pero nunca ninguno que no sintiera de corazón.
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