Muero en tus manos, me retuerzo, agonizo, me voy quedando sin fuerzas, oculto en tierra extraña. Son mis últimas convulsiones, mi último deseo antes de abandonar este mundo en tus manos, abrazado a ti, unido a ti, dentro de tí, bajo la sensualidad de tu juventud, bajo tu atenta mirada, bajo el sonido de tus gemidos, la vibración de tu placer. Alcanzas el placer, me das el mío y voy muriéndome, lentamente, mi cerebro se apaga, no quiero volver a despertar, dormido en tus brazos.
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