domingo, 4 de julio de 2021

Hoofddorp

 


Hoofddorp: Un lugar recóndito, con buen café. El lugar perfecto para mis últimos días o una huída de la realidad. Pienso en lo bonita que ha sido mi vida: He conseguido prácticamente cualquier cosa. He viajado, he amado. La brisa sopla y me hace sentir que estoy en otro planeta. El aire es limpio, frío, no hay lugar que no esté cubierto por un manto verde hasta llegar al asfalto.  Los paseos son tranquilos, reparadores. La amabilidad como pasaporte en la vida. La tranquilidad, el respeto a lo pactado como motor de la existencia. Mi padre siempre afirmaba que la riqueza de los holandeses era por la estabilidad, la ausencia de cambios, que las personas que creían que la vida es cambio eran desechadas por ella: Los cimientos construyen una casa, lo contrario lleva al caos. El amor por la rutina. Quién no entendió esto acaba siendo pobre, y, por su actitud poco práctica, triste. 

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