martes, 13 de julio de 2021

Morir de amor en Los Boliches







Los Boliches es una playa de la que hablé en la vida más de lo que estuve, pero ahora estoy contigo aquí y estamos más que de lo que hablamos. "Que agusto se está aquí, guapo" me dices mientras tu piel se sonroja, esta vez no por mí sino por el Sol. Tomamos La hamaca y el descanso como religión, la liturgia del turista como quehacer diario. Tu acento hace que el camarero nos quiera dar la misa en inglés, y y tú les dices que no, que el latín quedó atrás, pero cuando habla malagueño no le entiendes. El camarero, un galés más perdido que un gato en un garaje, vuelve a cambiar al inglés con un fuerte acento, y yo le contesto por seguirle la corriente, charlamos amistosamente. "Hablas con todo el mundo" dices, en un tono entre  orgullo y reproche "Soy andaluz" te contesto. Sí Fuera fémina la interlocutora sería más lo segundo, pienso.  Cierro los ojos a tu mirada, tú crees que me hago el interesante y me cojes de la mano, respiras y el Mediterráneo respira contigo, se levanta una brisa que nos da la vida, y yo muero de amor por tí.

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