sábado, 18 de julio de 2020

Amor en las alturas





Madrid, la ciudad que nunca descansa.

La habitación del hotel era de un diseño moderno, sin pasado ni memoria, diseñada para la práctica de artes amatorias desde lo alto, como si copular en altura proporcionara un extra de placer. Y tú estabas allí, desnuda frente a la pared de colores, delante de frases de poesías desconocidas, lista para amar. Después el atardecer acarició mi espalda mientras estaba dentro de ti con calor y energía, mientras tu pedías que te amara más, que no parara ni un instante. Me atraías hacia ti una y otra vez mientras los rascacielos, testigos de nuestros abrazos, reflejaban la luz y parecían envidiarnos. Fue entonces cuando comencé a memorizar cada una de las partes de tu cuerpo, cada curvatura, cada centímetro de tu piel. Cuando comencé a oír el piano en mi cabeza, esa melodía trágica y alegre a la vez, que jamás había escuchado. Cuando instantes después nos relajamos entrelazando nuestros cuerpos quería detener el tiempo, ese que nunca acierta con el deseo de las personas, porque la felicidad es hacer cosas que dan sentido a nuestras vidas pero siempre nos falta tiempo. O sobra cuando deseamos volver a ver a alguien después de una ausencia. Y tu, mi felicidad ¿Dónde estarás ahora? ¿Cuándo te volveré a ver? Tendré que soportar día tras día esta incertidumbre, hasta que volvamos a vernos, hasta que vuelva a oír tu voz llamarme con diminutivos, hasta que coincidamos bajo el cielo de Berlín. Estas lejos, sin duda, porque mi voz te llama y no me escuchas, hasta que vuelvas a oírla, bajita, bajo la quietud de las sábanas. Hasta que las palabras se conviertan en promesas, y las promesas, en sueños. Entonces te cogeré de la mano y pasearemos por la calle como si estuviéramos juntos desde siempre.

5 comentarios:

  1. Imágenes poderosas, me ha gustado lo de coincidir bajo el cielo de Berlín, los rascacielos testigos de vuestro amor, las habitaciones de hotel carentes de memoria.... cada frase es muy evocadora aunque hables de realidades tan ajenas a mí. Pienso que alguien con una perspectiva tan poética de sus vivencias de alguna manera las saborea con mayor intensidad, en cierta forma las enriqueces sin falsearlas.

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    1. Las licencias poéticas son parte de mi escritura. Lo del cielo de Berlin evoca tristeza, es lo contrario a Madrid, donde se disfruta de uno de los cielos más bonitos del mundo. Siempre doy gracias a Dios por poder amar. El mundo sería un lugar horrible sin el amor.

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    2. Puede que te resulten ajenos los lugares Joaquín, pero todos aspiramos a lo que tu tienes: Familia y una casa en orden. Siéntete afortunado y disfrútalo.

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  2. Gracias. Yo no me quejo de mi vida, pero me gusta también ver el mundo desde tu perspectiva.

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  3. Mi perspectiva es la de un hombre moderadamente desgraciado, feliz a ratos, que agradece cada instante de luz en su vida.

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