Nunca más vuelvas a hacerlo. No me abandones más. No dejes días sin depositar mi amor en tus labios. Me enfadaré como vuelva a estar tanto tiempo sin sentir tu abrazo, sin sentir tu respiración cuando esté dentro de tí. Mostraré enfado por tu ausencia. Ya no hay excusas: Nos amamos sin hablar, en silencio, sin comprender, como sólo se aman los locos y los adolescentes. Sigamos pues, con esta pasión, a ver por que camino nos lleva. Me preguntas "¿Por qué estoy tan agusto contigo?" y yo te respondo sonriendo, sin palabras. Ví el brillo de tus ojos cuando me miraste por primera vez, no me hace falta más explicación que esa. Nunca más vuelvas a preguntarme que si quiero que te quedes. Quédate en mi vida y en mis sueños, los eróticos que me provocas mientras duermo y los de futuro que quiero compartir contigo despierto. Nunca más vuelvas a decirme si me siento bien a tu lado. Lo sabes de sobra al posar tu cabeza sobre mi pecho y oír mi corazón. Pero sé, sé que te gusta escuchar mi felicidad emanando de mis labios cada vez que de tí hablo. Si esa es la razón de tan repetitiva pesquisa, perdonada estás. Más no vuelvas a hacerlo. Nunca más.
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