lunes, 12 de octubre de 2015

Castillos reformados

Como quien no quiere la cosa y pareciendo que estaba investigando mis orígenes familiares, me hospedé en un Castillo burgalés reconvertido a hotel, mandado construir por unos señores allá por el siglo XV. Penitenciados por el Santo Oficio, pronto decidieron que más valía convertirse al cristianismo, porque, de lo contrario, les iban a cortar algo más que el prepucio. Eso sí, mantuvieron sus privilegios y señorios (eran unos trepas) hasta su supresión en 1811 por Las Cortes de Cádiz, y reproduciéndose (sobre todo, por el nuevo mundo) como si no hubiera un mañana.
Pese a que quizás fuesen unos marranos en el sentido literal (dicese de los judíos conversos que mantenían los ritos de su religión original) no creo que lo fueran en el figurado. Y mucho menos que gustaran de decorar las habitaciones con cuadros de mujeres desnudas, cutres y de mal gusto (la habitación disponía de 3 de estos cuadros, a cada cual más horrendo) Eso y la música de Alborán en la recepción del hotel me hizo pensar que mis "antepasados lejanos" se estarían revolviendo en su tumba. 

No me jodan el medievo, coño. 


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