No estás para tonterías, no soportas la falta de carácter, te gusta manejar los tiempos con tus miradas. Yo he perdido la vergüenza contigo y solo me salen risas, tantas como nunca antes conocí. El romanticismo se adueña de mi verbo y pronuncio verdades tan azucaradas que podría montar mi propia pastelería. No creías mis promesas de amor hasta que te las demostré con hechos, que es en lo único en lo que depositas tu fe. Puede que tu santa voluntad sea la guía para cualquiera que se te acerque, pero soy valiente, quiero amarte en tus silencios hasta que te quedes sin palabras.
Más importante que el amor es saber reír juntos
ResponderEliminarQue grande eres Joaquín. Correcto.
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