sábado, 19 de septiembre de 2015

Sinatra como fábrica de sueños

La música es como un preludio del amor. Un día, sin saber cómo, me encontré rodeado de adultos vestidos como para una boda. Todos miraban atentos al escenario. Un señor con pelo gris cantaba y agitaba los brazos. Desconcertado primero por la cantidad de personas que me rodeaban, la música de la orquesta y la del cantante fueron calmando mi ánimo. Mis padres me miraban de vez en cuando, como para saber que seguía ahí. Por eso, cada vez que escucho I've got you under my skin recibo de nuevo ese latigazo por todo el cuerpo, que me traslada en cuerpo y alma 30 años atrás. Y ese sonido de orquesta y su voz, ha perseguido mis sentimientos desde entonces: Ese baile de notas. ese todo el mundo ama a alguien, que parece melancólico y maravilloso a la vez, el ritmo de su música y su voz, que parece descender y ascender como el viento, como si no fueran de este mundo. Pocas cosas más maravillosas existen que bailar con su música acompañado de la mujer amada. Es conseguir parar el tiempo. Aparecen los cuentos de hadas, si eres joven de corazón. Quizás por culpa de él sigo siendo un soñador, y probablemente lo seré siempre. Quizás por eso sé que la mujer perfecta aparecerá con su música, sin duda, y bailaremos juntos durante horas sin decir una sola palabra, porque así es como se fabrican los sueños. Lo más hermoso que aprendemos en la vida es a amar y a ser amados. Y yo no voy a olvidarlo. 

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