Es evidente: Sin buscarte, te encuentro. Sin ir en la misma dirección, nos cruzamos. Nos queremos sin necesitarnos, Soñamos sin dormir, y así, en este cuento de amor no correspondido tu eres mi princesa que no quiere despertar, porque la oscuridad de la noche en ti no ha acabado ¿Quien habló de amarnos, si esto es un singular en primera persona, si solo yo sufro tu ausencia? ¿Que más da todo lo demás si con nuestras risas modulamos el mundo? Dame pan y llámame tonto, dame tu compañía y juntos los problemas son de otros, mientras nos dedicamos a provocarnos entre bromas para hacernos más felices. Para las tristezas siempre hay tiempo, a nosotros solo nos importan las alegrías, porque eres sinónimo de felicidad.
"Para las tristezas siempre hay tiempo"...Lo que es una pena es que a veces el tiempo para las dichas y las alegrías pasa sin retorno
ResponderEliminarEl tren pasa una vez solo, normalmente. Excepcionalmente, pasa alguna otra vez.
EliminarLos trenes pueden pasar más de una vez, pero sabes que el tiempo pérdido no se recupera "ni vuelve ni tropieza" en palabras de Quevedo
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