Es en tu ausencia cuando parezco estar dando vueltas en círculo. Mareado, distorsionado, como si la vida fueran colores y a mí me hubiera tocado una paleta de grises. La variedad cromática eras tu con tus risas, eran tus divertidas anécdotas, era perderme en tus curvas, mordisquear tu espalda infinita. Todos esos colores desaparecieron de repente, se convirtieron en ruido primero y en blanco y negro después. Me iluminabas con cada uno de tus besos breves, intensos, como si me regalaras felicidad con tus labios, buscando respuestas a preguntas que nadie tiene. Recuerdo que cuando te conocí le sonreías a la vida y ahora sé que te devuelve la sonrisa, porque hiciste las cosas bien, pero tú quieres mucho más: Quieres un cuento de hadas, quieres ser la princesa que te mereces, quieres que te amen como el principio por el resto de tu vida, pero esta no es justa para nadie, incluso tú con tu bienhacer encuentras piedras en las etapas de tu caminar. ¡Ay Amor! Si de mi dependiera, llenaría tu recorrido de pétalos de rosas, pediría una fiesta para los sentidos en cada uno de tus despertares y no querrías volver a a dormir, porque te haría sentir mejor que cualquier sueño. Pero quizás te merezcas incluso más, solo tienes que seguir sonriendo.
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