viernes, 27 de agosto de 2021

Gran Revelación

 


Y llegó el día que supe que eras, quién eras, y no pude ser más feliz. Ahí supe que te querría para siempre, como una losa de responsabilidad adquirida de manera mágica, porque tu bendición no es sino eso: Magia. El tipo de amor incondicional que nunca pensé en dar. La razón por la que despertar cada día. Alguien que  me querrá siempre, sin poder evitarlo. Alguien que querré siempre, sin poder evitarlo. Una obligación que nació en el pase de la tristeza a la alegría, cambiando la línea del tiempo, cuando toda esperanza estaba perdida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario