Se me olvidó decirte

"Aun hay vida en tus sueños,

porque la vida es tuya y tuyo tambien el deseo,

porque lo has querido y porque te quiero.

Porque existe el vino y el amor, es cierto,

porque no hay heridas que no cure el tiempo,

abrir las puertas quitar los cerrojos,

abandonar las murallas que te protegieron.

Vivir la vida y aceptar el reto,

recuperar la risa, ensayar el canto,

bajar la guardia y extender las manos,

desplegar las alas e intentar de nuevo,

celebrar la vida y retomar los cielos"   M. Benedetti

Estaré esperándote, hasta que el atardecer vuelva a abrazar la libertad, hasta que juntos nos vuelva a calentar la luz del sol. Estaré esperándote, sin más promesas recibidas que la oscuridad de la noche en donde volveré a distinguirte entre sombras. Estaré esperándote porque eres la esperanza que perdí, y por eso eres maravillosa, porque provocas mucho más que amor, transmites alegría, y esa sabiduría de tu mirada que sólo se tiene después de crear vida. Mirarte es como si el tiempo no hubiera pasado, y a la vez tu buen hacer provoca que el tiempo pase muy deprisa. Todo va a salir bien, ojalá pudiera decírtelo en cada despertar y calmar así tu alma, hacer desaparecer tu angustia bajo el manto de mi abrazo. Soy optimista por naturaleza, se que este punto y aparte se convertirá en un punto y seguido y que el cambio de estación, el tiempo, hará que vuelva todo a la normalidad. Porque todo lo cura el tiempo, todo. Todo, menos tu ausencia. 

No engañes al amor

"Es una lástima que no estés conmigo
cuando miro el reloj y son las seis.
Podrías acercarte de sorpresa
y decirme "¿Qué tal?" y quedaríamos
yo con la mancha roja de tus labios
tú con el tizne azul de mi carbónico" (M. Benedetti)

Es que puedes engañar al cuerpo con otro, pero no puedes engañar al corazón con otra alma, porque como toda mujer que se precie tu alma muere de frío sin poesía. Sin piropos, esperando ese beso semanal, el de compromiso, de lado, sin mirarte a los ojos. Eso que parece más colegueo que coqueteo. Y mientras yo, enamorado de tu ternura en la distancia, no entiendo como alguien que tiene un tesoro como tú no lo cuida. Que no te ve distinta a los demás, que no aplaude cada mañana por despertarse a tu lado. Que no acaricia tu pelo cada vez que te besa, que no desea tu piel a cada instante, que no te tiene en sus pensamientos día y noche, que no da gracias a Dios por cada instante contigo. Que más amor que la paciencia, que más amor que la espera, que más amor que echarte de menos a cada instante. Que más amor que este suspiro que en estas líneas te escribo. 

Arte y Amor

Joaquin Sorolla, El Baño del Caballo

El baño del caballo es mi cuadro favorito de Sorolla. Según Antonio Garcia Villarán Sorolla llegó a un conocimiento del color y de la pincelada magistral y una de sus claves fue otro artista, un fotógrafo, García Perís. Quizás seas tú la unión de las dos cosas, la que dibuja amor en mi corazón y la que fotografía mi alma, la que con sus pinceladas da sentido a esta locura. La que hace que me olvide de la oscuridad y el frío de este invierno que parece nunca terminar. Has venido, como la primavera incipiente, a dar luz a mi vida. Y por eso no quiero que te vuelvas a ir. Quizás tu seas mi artista y yo tu fotógrafo. Es algo egoísta, que va mucho más allá del amor y del cariño, es una razón para vivir. Y cuando volvamos a vernos el mundo habrá cambiado, pero yo estaré ahí para ti siempre, para ti y por ti. 

Amor de Espera

"Una mujer desnuda y en lo oscuro
tiene una claridad que nos alumbra
de modo que si ocurre un desconsuelo
un apagón o una noche sin luna
es conveniente y hasta imprescindible
tener a mano una mujer desnuda" (M.Benedetti)

Es que tienes más de lo que necesitas, sé que tu vida está demasiado enrevesada para que me prestes atención. Pero si no te has ido del todo de ella es porque quizás no debiste irte nunca. Ni siquiera tuviste que abrir la puerta para olvidarte de mí: La distancia lo hizo todo más fácil. Pero es el corazón el que no lo entiende, el que nos hace cerrar los ojos y recordar canciones e instantes, palabras y promesas, porque es ese lugar donde alguien se olvidó de traducir los sentimientos a hechos.Y allí donde dices tener tu hogar amas, pero no le amas. Y a pesar de eso sigues creyendo que tiene solución, lo sigues intentando. No sabría decirte quien de los dos está más triste. Si yo por perderte o tu por seguir viviendo en su indiferencia. Cuando pronunciaste mi nombre fue más hermoso que un te quiero, y yo quizás deba callar, irme para siempre, pero eso no hará desaparecer tu aroma de mi memoria, ni calmará mi deseo por tus labios. Sólo cuando pongas tu cabeza en mi pecho convertirás la angustia en alegría. 

Amor de Flavia

No quiero otro amor que el tuyo, Flavia. No quiero despertarme con otra persona que no seas tú. No fuiste la primera mujer que tuve entre mis brazos, pero sí la que más me llegó al corazón. He vivido a lo largo del tiempo la no búsqueda de mi alma gemela, lo sé bien. Y se que serás la última, por las circunstancias que nos ha tocado vivir. No se a ciencia cierta como me conquistaste. Quizá pronunciaste las palabras exactas en los momentos correctos. Quizás oírte hablar la lengua de Roma fue lo que me llegó al corazón. Quizás fue la Italia que habita en mí la que me descubrió a su otra mitad, la que cerró el círculo de esa desesperación que a veces siento de ser de todos los sitios y de ninguno. Quizás el amor sea un puzzle y tú lo completaste. Quiero esa casa de campo que soñabas, ni muy lejos ni muy cerca. Quiero esos paseos largos a tu lado, quiero no perderme nunca más ninguna de tus sonrisas Pero sé, sé que sólo puedo soñar despierto con volver a sentir tus labios. Que si nunca volvemos a vernos moriré en paz por haber estado contigo una última vez, que mi vida habrá valido la pena tan sólo por amarte. 

Disculpas de amor

No, no voy a disculparme por amarte ¿Alguien se disculpa cuando siente tanto por otra persona que todo lo demás parece no importar? ¿Acaso el invierno pide disculpas cuando nos golpea con un viento gélido, cuando llega sin avisar? Tú, que volviste a aparecer en el otoño de mi vida, tampoco tienes que hacerlo porque te siento cerca, como si nunca te hubieras ido. Cerrando los ojos puedo recordar el tacto de tus manos enlazadas en las mías. Cada promesa, cada palabra dada, cada "tonto" de tus labios, quizás la palabra más hermosa que una mujer puede pronunciar, y más con risa de guarnición. También sé la frase que le dijiste a él: "No estás, pero tampoco te vas" pero el pareció no entenderlo. O lo entendió y no quiso luchar. No lo juzgo, sé que a veces Dios da pan a quien no tiene dientes. Mientras yo estoy aquí, armado hasta los dientes de cariño, de amor, de poesía, dispuesto a darte todo lo que te mereces, a amarte sin descanso. Y tú lo sabes, porque entre nosotros siempre hubo caricias en vez de secretos, bromas de entre dos sin desencuentros, porque por verte feliz merece la pena luchar.