martes, 21 de enero de 2020

La leyenda de Maella







Leíste una y otra vez, sílaba a sílaba, incrédula, y rompiste a llorar. 

"Como bien sabeís, amor mío, el Conde y Señor de Maella abusa de su poder, por eso encabecé la revuelta contra el, por eso he sido mandado encerrado y ajusticiar. Pero os amo, y os amaré eternamente"

Recibiste mi carta habiendo pasado ya un mes sin que supieras nada de mí, sin que nuestras manos volvieran a encontrarse. En nada encontrabas consuelo. Podías quedarte quieta y esperar mi fatal desenlace, pero fuiste presta al castillo a hablar con el Conde. 

- Por favor os lo pido mi Señor, liberad a mi amado. Haré lo que me pidáis. 

El Conde vio tu hermosura y de ti quedó prendado. Nunca tal belleza vio. 

- Esta bien, pero a cambio quiero que me entreguéis vuestra mano. 

Volviste a casa habiendo aceptado el trato sin dudar, y vuestro coraje e inteligencia hizo el resto: Al llegar a casa cogisteis el hacha de vuestro padre y os cortasteis la mano. 

El conde al verla exclamó ¡La mano de ella! y sobrecogido ante tal acto de amor, decidió cumplir su palabra y me liberó. 

2 comentarios:

  1. No conocía la leyenda y es impresionante cómo la narras. Conocer las leyendas como conoces la historia enriquece los viajes

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    1. Sí, me la contó mi padre de pequeño, y recientemente la leí de nuevo. España esta llena de ellas.

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