viernes, 31 de enero de 2020

Amor y recuerdos


¿Hablas de libertad? No somos libres. Somos esclavos de nuestros recuerdos, prisioneros de lo que una vez fuimos, de los labios que besamos, de los cuerpos en cercanía. Las palabras que pronunciamos, por equivocadas, se convierten en una condena eterna, una losa sobre nuestras cabezas, y arrepentirnos no sirve, es como intentar reparar el asa de una pieza cerámica rota, nunca vuelve a ser igual. Se cual es tu condena, cual tu tristeza: Amaste y te traicionaron. Y en vez de hacerte más fuerte, te resguardaste en tu caparazón, en la oscuridad, para llorar agusto. No te enfrentaste a tus miedos, y estos crecieron en tu interior lentamente. Ahora ves monstruos en todas partes, fantasmas que te persiguen de madrugada, y te impiden dormir. Hasta que vuelvas a amar de corazón no desaparecerán, pues sentir es lo único que nos da la vida, y su ausencia es la que nos va apagando lentamente. 

miércoles, 29 de enero de 2020

Amor de Walkiria



Buscas con ahínco canas en tu cabeza, subordinada de Odin, pese a que de existir apenas se distinguirían entre tus rubios cabellos. Y es tan grande mi amor por ti que mientras te quejas ante el espejo no puedo sino alabar tus piernas, esas que dices tener regordetas, como otra de tus tantas fantasías, pues bien sabes que el viento te llevaría si no llevases armadura. Aprietas los dientes con rabia sabedora que la gravedad se hizo dueña de tus pechos y que tu vientre no producirá más hijos. Por eso reniegas de la maternidad en voz alta mientras lloras en tu interior. Sé que la última vez que hicimos el amor lo hiciste sin ganas, sin interés, como el que intenta cumplir más que disfrutar, te pusiste encima como si fueras uno de nuestros caballos y no pasaste del trote al galope como antaño, parecías un director de orquesta que no sabe manejar la batuta. Seguramente te resulto viejo, o -aún peor-  conocido, pero tú también lo eres, y no te quieres dar cuenta, pretendiendo situaciones de juventud que están fuera de tu alcance. Y pese a todo, guerrera mía, para mí sigues siendo hermosa, y lo seguirás siendo hasta que los pechos te lleguen a las rodillas y también después, porque el calor que ofreces a mi alma al apoyar tu cabeza en mí no se puede sustituir con nada, y tu ausencia es el frío del invierno que con toda vida acaba. 

miércoles, 22 de enero de 2020

Amor y Vida


Siempre digo que esta vida no es sino un continuo transitar entre personas y lugares, que estas son las principales divisiones en mi memoria. Sobre todo los cuerpos de las mujeres en los que habité -pues ellas se convierten, sin hacer nada, en nuestro hogar, ese regazo cálido donde descansar, esa sonrisa que hace que la vida merezca la 
pena- Y las tierras que pise, que cambiaron mi manera de ver el mundo.  En ambos casos -como decía José Vasconcelos- se comienza con inquietud: La de encontrarse desarmado ante una persona que desde el primer segundo sabes que va a influir en tu vida. La de visitar un lugar que sólo imaginabas, y que nunca es como te imaginabas. El tránsito hacia ambos lugares es tan bonito como el lugar o la persona en sí, y la mente tiene ese poder, ese filtro para hacernos parecer como hermosos lugares inhóspitos e incluso transformar personas que no nos convienen en nuestra pareja ideal. A pesar de ello seguimos con el viaje, porque de lo contrario no viviríamos, porque de lo contrario tampoco conoceríamos a la siguiente persona o el siguiente destino. 

Hubo una época en la que me recomendaban ir a un lugar paradisiaco, turístico, de esos que jamás hubiera visitado por iniciativa propia, y al ir al cuarto día me cansé: Sin monumentos que admirar, sin personas a las que preguntar porque estaban allí y cual era la idiosincrasia del lugar sólo pude leer  novelas abandonadas en el hotel por otros turistas. Y sin embargo fue ese viaje quizás el que me definió como viajero, pues jamás he vuelto a repetir experiencia (aparte me sirvió para conocer a varios autores de novela negra bastante recomendables) quizás con las personas pasa lo mismo: Huimos de las celosas, de las amantes de exabruptos frecuentes, de aquellas que no respetan la libertad, de todo aquello que nos hizo daño en el pasado, como si fueramos niños con la lección bien aprendida, porque no queremos dejar de ser quien somos ¿Quien no sintió al romperle el corazón que le quitaban la identidad? Somos a quien amamos y lo que atraemos, y nos define tanto como los lugares que visitamos. Podemos equivocarnos una vez, pero al final vamos allá donde somos felices. 

martes, 21 de enero de 2020

La leyenda de Maella







Leíste una y otra vez, sílaba a sílaba, incrédula, y rompiste a llorar. 

"Como bien sabeís, amor mío, el Conde y Señor de Maella abusa de su poder, por eso encabecé la revuelta contra el, por eso he sido mandado encerrado y ajusticiar. Pero os amo, y os amaré eternamente"

Recibiste mi carta habiendo pasado ya un mes sin que supieras nada de mí, sin que nuestras manos volvieran a encontrarse. En nada encontrabas consuelo. Podías quedarte quieta y esperar mi fatal desenlace, pero fuiste presta al castillo a hablar con el Conde. 

- Por favor os lo pido mi Señor, liberad a mi amado. Haré lo que me pidáis. 

El Conde vio tu hermosura y de ti quedó prendado. Nunca tal belleza vio. 

- Esta bien, pero a cambio quiero que me entreguéis vuestra mano. 

Volviste a casa habiendo aceptado el trato sin dudar, y vuestro coraje e inteligencia hizo el resto: Al llegar a casa cogisteis el hacha de vuestro padre y os cortasteis la mano. 

El conde al verla exclamó ¡La mano de ella! y sobrecogido ante tal acto de amor, decidió cumplir su palabra y me liberó. 

domingo, 12 de enero de 2020

La Bruja de Michoacán




Me cuentas tu historia que es también la mía, la de los que pertenecemos a todos lados y a ninguno, los que tenemos como única posesión historias de amor que acaban en tristeza, dolor e indiferencia, los que vagamos por el mundo por un camino distinto al resto. Relatas historias sobre tu región, antaño gobernada por Antonio de Mendoza y Pacheco, aquel que fuera consejero de Carlos V, aquel morisco en tierra extraña. Cautivadoras historias de amor que narras con detalle, con pausa y cautela, como si fuesen recuerdos de porcelana. Y tu acento y las distintas palabras van dando forma a bonitas fábulas, mezcla de amor, lectura de cartas, brujería, Pozole y sacrificios. Poco a poco llegas a las historias más hermosas, que cuentas en silencio, con miradas y sonrisas, con tu mano sujeta a una taza, que contiene todas las historias del mundo, mientras yo te escucho y trato de adivinar tu hechizo.