jueves, 17 de noviembre de 2016

No condiciones



No condiciones mi modo de amarte. No pidas pruebas de mi amor. Yo soy un simple adorador de tu existencia, de todos y cada uno de tus besos, de todas y cada una de las palabras pronunciadas por tu boca. No me engañes, no te engañes: Sé que las mieles de tu cuerpo las está disfrutando otro. El no sabe que la piel que acaricia ha sido masajeada por las yemas de mis dedos. Que alcanzo el máximo placer dentro de tu cuerpo, tras pararse mi corazón y alcanzar la muerte por segundos. Que él es incapaz de hacerte el amor, tan sólo esta preso del libido de los primeros polvos, pero después de aquellos polvos vienen estos lodos en forma de frase lapidaria, "Hasta que me canse" como respuesta a mi pregunta "¿Hasta cuando te vas a follar a mi mujer?" y cuando se canse volverás a estar sólo entre mis brazos, utilizando la imaginación para buscar las ganas, como si estuvieras leyendo el futuro en los posos del café. Es inútil resistirse al paso del tiempo: Los cuerpos se cansan uno del otro, desvelándose todos los secretos, haciendo desaparecer toda magia. Y en ese momento, para evitar caer en la locura, siempre hay alguno decido poner un pie en el abismo, huir hacia delante, por miedo a perder el amor, por miedo a volver a empezar. ¿Sabes? Cuando me encontré con ese hombre pequeño y sucio al que llamas amante no sentí sino pena por el: Llevaba tres copas y pidió otra para mí. Podría haber salido corriendo, pero sabía que le alcanzaría igualmente, así que lo único que hizo fue desafiarme con la mirada, dispuesto a morir por follar con una desconocida a la que no ama. La gravedad y su poca resistencia al alcohol le mandaron al suelo por mí. Le levanté, y comenzó a sincerarse conmigo, como si fuera un amigo de toda la vida: "Eres un gran tipo, ¿Sabes? Otro me hubiera matado" a lo que yo le respondí "Eres un estúpido ¿Sabes? Jamás serás feliz". Porque quien no conoce la felicidad de despertar junto a la persona amada un domingo por la mañana, sin más obligación que la de disfrutar del cuerpo y del desayuno, o del desayuno sobre el cuerpo, o del cuerpo como desayuno, sencillamente, no sabe lo que es vivir. Mirar a la otra persona y sentirse pleno, eso es felicidad. 

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