martes, 2 de julio de 2024

Trillo, año cero

Ibamos enfundados en un traje NBQ para Trillo por una emergencia. Alguien había traspasado la valla, estaba dentro del perímetro y se sospechaba de tres individuos. El viaje se me hizo eterno en una noche cerrada de agosto. Había ganado algo de peso después de los tres meses de instrucción. La jura de la bandera -en la que fui nombrado caballero legionario paracaidista, almogavar, por la reina Sofía- junto con otros trescientos desgraciados me parecía lejana ya. Me pesaba el uniforme, el fusil, me pesaba hasta el alma, que es lo que más pesa cuando no sabes que coño haces en un sitio. El camión nos llevaba, sin asientos, como en una película de guerra. De pronto comenzó a evitar los baches de la comarcal. Nos estábamos acercando al enemigo, al lugar del combate. 

Qué enemigo ni que cuatro hostias. Probablemente serían tres adolescentes borrachos, decía radio macuto, diez tonterías por minuto. "Si son etarras les meteré el fusil por el culo" decía otro compañero. Con esta tropa y algunos más tontos aún nos dirigíamos al objetivo. "¡5 minutos, poneos los filtros!" enroscamos los filtros en la máscara. Colocamos la bayoneta en el fusil, como si fuéramos soldados de los tercios. 


ES-PA-ÑA


El camión se detuvo. "¡Bajad Nenazas!" 

Bajamos del camión con más miedo que vergüenza. En la noche, todos los gatos son pardos -Seguimos al sargento, al que reconocíamos sólo por la altura y las tres rayas amarillas fosforecentes- cagados de miedo. Metimos los cargadores en el fusil. La primera bala, la blanca de fogeo brillaba a la escasa luz de los focos de la entrada. 

- Dais el alto e informaís. No dispareís si no os disparan primero. 

De primero de reglas de enfrentamiento con terroristas.. O con borrachos de Guadalajara, a los que me imagino diciendo "¿Bolo, A que no tienes huevos a entrar a la central?" "¿Cómo? ¿Que no tengo qué?" 

Como segunda opción, en plena amenaza terrorista, parlamentar con un loco que había entrado, probablemente armado, en una central nuclear y esperar que entrara en razón sonaba un poco extraño. Más aún si eran varios. 

Patrullamos en parejas escoltados por un patrol de la civil que andaba despacito y cuyo motor nos anunciaba. De repente el coche giró y se dió la vuelta. Bajó la ventanilla "Seguid todo recto y cuando se termine el camino, volved despacio" asentimos con la cabeza, algo completamente inútil por el equipamiento y la oscuridad. Gritamos a sus órdenes y seguimos andando. Bajé el visor híbrido y la noche se volvió verde en distintas tonalidades. El compañero me tocó el hombro "Te sigo" me dijo. No te jode, a donde vas a ir sino. Avanzamos, y de repente se escucharon unos ruidos. Rápidamente nos tiramos al suelo. Gutierrez era mi binomio. Media algo más que yo y era tonto a las finas hierbas. Pocos meses después, de vuelta de misión internacional sería examinado por el CSN en el Gomez Ulla y lo mandarían para su pueblo con el doscientos por cien del sueldo. No le arriendo la ganancia. 

De nuevo, ruidos entre la maleza. Algo se estaba arrastrando, huyendo de nosotros y de nuestros visores nocturnos Made In China y ensamblados en los Estados Juntitos. Escuché el clac-clac del fusil de Gutierrez. Había metido la bala de fogeo y estaba apuntando Dios sabe a qué. 

- ¿QUE COJONES HACES GUTIERREZ? 

- Está por ahí - Dijo, sin dejar de apuntar a la derecha del camino. - ALTO O DISPARO - Gritó como una exhalación. Gutierrez es de los que cuando nos hicieron elegir en la prueba psicológica entre un poema o un fusil eligió el fusil. Disparó la de fogueo y dos o tres veces más las standard OTAN. Las que hieren pero no matan, tal y como pedían los acuerdos de Ginebra. Un aullido de dolor ahogado quebró la noche. 

El Sargento Bocanegra llegó corriendo (era maratoniano) y con su acento melillense gritó:

- ¡Gutierrez, cenutrio! ¡Le has dado a un pobre zorro, carcamal! 

Gutierrez se quedó en silencio en primer tiempo de saludo mientras la especie protegida moría a sus pies, esperando una colleja que se convirtió en un golpe del sargento con la culata del fusil.  

1 comentario:

  1. Menuda maravilla de relato. Has vivido cosas que para la mayoría son ciencia ficción.

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