domingo, 4 de septiembre de 2016

Derretido




No se que puede más en mi mente, si tu ausencia o este calor insufrible. No se que causa más vacío en mi corazón. Quizás en la distancia puedas soñar conmigo. A mi sólo me salen pesadillas. Sólo dolor, sólo frío, como si me hallara en el nacimiento de un río, con la circulación cortada, con mis esperanzas destrozadas, sin ganas de vivir. No se que puede más en mi mente, si este vaso de vino o el despertar de tus abrazos. La melancolía invadiendo cada uno de mis actos. El asustadizo ruido del silencio. Tu voz, muda porque no estas, porque no te tengo cerca. Rocas frías de mi existir. Incapaz de leer, de reír, de vivir, si no es contigo. Torre que defiende el fuerte de mi corazón, dones que la vida no me quiso dar, amándonos como los erizos de mar, en la justa distancia para no pincharnos y la justa para darnos calor. Atentos a las corrientes para que ese equilibrio no se rompa. Las montañas como banda sonora de nuestro amor. El torcer el gesto, las bromas propias, esas que nadie más entiende. Y esa emoción, contenida, hermosa, ese soñar despierto que me proporcionas, esa alegría que siempre quiero multiplicar por mil. Divagar sobre tu cuerpo, vivir y morir abrazado a tu piel. Es esa mi única aspiración, la única esperanza que me hace despertar cada día. Y así quiero prometerte ese amor que nunca te prometieron, porque la vida es un suspiro y nunca sabemos cuando vamos a dejar de respirar, cuando pasaremos a lo desconocido. Y mis lágrimas de felicidad, envueltas por dramáticos violines tocando al unísono, sólo significan un te quiero, un quiero que seamos felices, quiero que seas la primera y la última, el alfa y el omega de mi vida. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario