miércoles, 9 de diciembre de 2020

Escaleras del metro





Te enseñé uno de los secretos de Madrid: Igualar alturas del amor en las escaleras de metro, mientras tú me llamabas ladrón de besos.  Tú, que me diste el primero con los ojos, bajándolos sin éxito intentando escapar de las sonrisas, sin saber donde esconderte, mientras surgía el efecto espejo, el reflejo de sentirte igual al otro, la complicidad en la conversación, los paseos bajo las luces nocturnas, la magia de tu cabecita, tan llena de ideas que me vuelven loco. Entonces convertiste tu verbo en mi deseo, intercambiando caricias por palabras de amor. Y es que no sé callarme contigo: Despiertas en mí hasta las palabras silenciadas, evocas recuerdos de vidas pasadas, me haces soñar con el futuro. Cada beso es como un viaje al cielo, encuentro la paz que jamás tuve en cada uno de tus abrazos. Y siento, siento tanto que parece que secuestraste mi pensamiento. Mi alma conversa al oír tu risa. 

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