martes, 9 de junio de 2015

El Disco Azul

Recuerdo el Disco Azul.

El primer recuerdo discográfico del que fui consciente fue el disco azul de los Beatles. Mi padre lo tenía en una cinta blanca con letras azules y el dibujo de una manzanita. Lo ponía aproximadamente unas 3 veces por cada viaje largo en coche. Por alguna extraña razón, un buen día dejó de ponerlo hasta un frío 8 de agosto de 1987. Habíamos cruzado Europa en un coche de alquiler desde Conil de la Frontera hasta Munich. Dos mil setecientos cincuenta kilómetros en apenas 3 días. Podíamos haber ido en Avión, pero mi padre decidió que aquello tenía que ser una experiencia vital para mí, con lo cual alquiló un Ford Sierra, llenó el maletero de Queso Manchego, Aceite de Oliva y una pata de jamón serrano -parecíamos contrabandistas- y allí comenzó la andadura, que termino el indicado día ocho de agosto.

Tras llegar de madrugada, la sorpresa se hallaba en el garaje de aquel piso inmenso. Un Opel Kadett Tiffany Azul metalizado. Mi madre se quedó dormida y mientras mi padre me llevó a darme una vuelta con el coche de Moda. Al arrancar, la cinta se puso en marcha. Fue como si me hubiera estado esperando durante años. Por eso, para mi Munich es Penny Lane, Strawberry Fields forever´, Come Together. La primera vez que fui por una autopista sin limitación de velocidad y la primera vez que fui consciente de la música que oía, me sabía las letras y las recitaba como si fueran canciones de la iglesia. En Alemania mi padre compró la discografía completa de los Beatles:

Living is easy with your eyes closed,
misunderstanding all you see

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