En tensión, cansada, exhausta, en medio de esta carrera de fondo en la que no pareces vislumbrar la meta, y esos cambios de humor, esos pequeños enfados aparecen en el día a día como una tos improductiva de primavera que solo hace la vida más áspera. Lucha contra ello, haz que el amor te haga olvidar todos los momentos donde no fuiste feliz. Ama a los tuyos, sonríe en cada mensaje de voz, no olvides lo bonito que es amar. Internamente, seguimos teniendo esa capacidad de ser felices, pero a menudo no conseguimos exteriorizarla, y eso es lo que nos destroza el corazón. Recuerdo que fue mirarte por primera vez y desear protegerte por el resto de mis días, como el más hermoso de los tesoros. Puede que algún día deje de amarte, que olvide la musicalidad de tu voz y cada uno de tus cabellos. Pero nunca dejaré de querer protegerte de todos los males de este mundo, acabar con tus inseguridades y ser tu caballero andante, defendiéndote de cualquier cosa que te impida ser feliz. Y sí, quizás nunca te dijeron esto, quizás tuve que decírtelo antes, quizás nunca te amaron como yo. Quizás hable un lenguaje del amor distinto, el mismo que hablas tú.