Madrid, la ciudad que nunca descansa.
La habitación del hotel era de un diseño moderno, sin pasado ni memoria, diseñada para la práctica de artes amatorias desde lo alto, como si copular en altura proporcionara un extra de placer. Y
tú estabas allí, desnuda frente a la pared de colores, delante de frases
de poesías desconocidas, lista para amar. Después el atardecer acarició
mi espalda mientras estaba dentro de ti con calor y energía, mientras tu
pedías que te amara más, que no parara ni un instante. Me atraías hacia
ti una y otra vez mientras los rascacielos, testigos de nuestros
abrazos, reflejaban la luz y parecían envidiarnos. Fue entonces cuando
comencé a memorizar cada una de las partes de tu cuerpo, cada curvatura,
cada centímetro de tu piel. Cuando comencé a oír el piano en mi cabeza,
esa melodía trágica y alegre a la vez, que jamás había escuchado.
Cuando instantes después nos relajamos entrelazando nuestros cuerpos
quería detener el tiempo, ese que nunca acierta con el deseo de las
personas, porque la felicidad es hacer cosas que dan sentido a nuestras
vidas pero siempre nos falta tiempo. O sobra cuando deseamos volver a
ver a alguien después de una ausencia. Y tu, mi felicidad ¿Dónde estarás
ahora? ¿Cuándo te volveré a ver? Tendré que soportar día tras día esta
incertidumbre, hasta que volvamos a vernos, hasta que
vuelva a oír tu voz llamarme con diminutivos, hasta que coincidamos bajo
el cielo de Berlín. Estas lejos, sin duda, porque mi voz te llama y no
me escuchas, hasta que vuelvas a oírla, bajita, bajo la quietud de las
sábanas. Hasta que las palabras se conviertan en promesas, y las
promesas, en sueños. Entonces te cogeré de la mano y pasearemos por la
calle como si estuviéramos juntos desde siempre.
Imágenes poderosas, me ha gustado lo de coincidir bajo el cielo de Berlín, los rascacielos testigos de vuestro amor, las habitaciones de hotel carentes de memoria.... cada frase es muy evocadora aunque hables de realidades tan ajenas a mí. Pienso que alguien con una perspectiva tan poética de sus vivencias de alguna manera las saborea con mayor intensidad, en cierta forma las enriqueces sin falsearlas.
ResponderEliminarLas licencias poéticas son parte de mi escritura. Lo del cielo de Berlin evoca tristeza, es lo contrario a Madrid, donde se disfruta de uno de los cielos más bonitos del mundo. Siempre doy gracias a Dios por poder amar. El mundo sería un lugar horrible sin el amor.
EliminarPuede que te resulten ajenos los lugares Joaquín, pero todos aspiramos a lo que tu tienes: Familia y una casa en orden. Siéntete afortunado y disfrútalo.
EliminarGracias. Yo no me quejo de mi vida, pero me gusta también ver el mundo desde tu perspectiva.
ResponderEliminarMi perspectiva es la de un hombre moderadamente desgraciado, feliz a ratos, que agradece cada instante de luz en su vida.
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