Abrí las manos para coger las tuyas con fuerza, tienen un lenguaje propio que sé descifrar. Cuando te escapas y te sueltas es porque estás contrariada, cuando aprietas con fuerza es porque sientes mi amor. Abrí las manos porque lo propio siempre vuelve, abrí las manos para dejarte marchar. Abrí las manos para que me abraces y me susurres al oído. Abrí las manos para que sujetes la luna llena, la del amor, la de cabalgadas sin descanso, para sentir tu cuerpo unirse al mío, abrí las manos para que acaricies las mías entre tazas de café. Para que al pasarlas por tu cara cierren tus ojos en una caricia y el azul de enfado cree arruguitas de sonrisa. Enfadada eres más hermosa, pero abro mis manos para despeinarte y al mirarme se ilumina el mundo, nuestro mundo.
Un auténtico poema, excelsior
ResponderEliminarGracias Joaquín :)
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