"Cuando un hombre consigue llevar a la fraga de Cecebre un alma atenta se entera de muchas historias… Entonces se comprende que existe otra alma allí, infinitas almas: que está animado el bosque entero" (W. Fernández Flores)
Una amiga me recomendó un Pazo en Cambre, cerca de la Coruña. Ella encontró en Galicia la tierra prometida, la tierra de sus abuelos, a dónde huyó con una maleta pequeña de las falsas promesas del socialismo venezolano, que se comportó como el amante que jura dejar a su esposa pero nunca lo hace. La quietud del lugar, el silencio es sobrecogedor para alguien tan de ciudad como yo. Compró una pequeña casa en una aldea y la reformó por completo: Las mujeres necesitan un proyecto constantemente, y sus hijos y su marido al parecer no son suficiente: El inconformismo permanente de algunos es lo que hace que la sociedad avance. El pazo tiene una especie de cafetería que es interior y exterior a la vez, llena de espejos y flores de colores vivos. Cerca está Cecebre, el bosque animado, el Macondo de Wenceslao Fernández Flores, una obra maestra más apreciada fuera de nuestras fronteras que dentro. El sendero es breve pero mágico, casi enternecedor, un lugar de peregrinaje para ávidos lectores como yo, buscando el origen de las fantasías que la infancia convierte en recuerdos imborrables.
¿por qué dices que es más apreciada fuera que dentro? (hace poco leí lo mismo sobre Arturo Barea) Es un autor magistral, que conjuga el lirismo, el humor, lo mágico pero también un sano sentido de la realidad, pero es un hecho que apenas se lee hoy día algo que no sea novedad o lecturas escolares. ¿fuera se lee más a nuestros autores?
ResponderEliminarMuchísimo, no te haces una idea. Toda la literatura que se lee en Alemania es de España, en Latinoamérica también.
EliminarLa verdad, es increíble lo que puedes aprender, sobre todo cuando le quieren.
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